Cuando el cielo es otro, las estrellas que busco no las encuentro. Las Tres Marías se disfrazan de Magdalenas, el Puñal se esconde tras el firmamento que rasga y la Cruz del Sur transmuta en Osa Mayor. Y el descanso de sólo mirarlo es otro descanso, cambia a ilusión, se vuelve obsesión.
Cuando el cielo es otro, las sombras del estío son largas como las de estos fríos, las noches no siempre son negras y los bosques se dejan caminar.
Cuando el cielo es otro, te contagia.
Texto de Larisa Ambroggio – una argentina en Finlandia
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